jueves, 11 de agosto de 2016

EL ALGODÓN NATIVO PERUANO

El algodón de colores patrimonio genético de la nación

Dr. Leopoldo Vásquez Núñez.

En la actualidad la fibra textil más importante del mundo es el algodón y cubre el 90% de todas las fibras vegetales que utiliza el hombre, habiendo reemplazado al lino, cáñamo, ramio y la seda, a tal punto que casi han desaparecido, después de miles de años que sirvieron para la confección de prendas de vestir, de ellas el lino, fue la fuente principal histórica, hasta el siglo XVIII, por eso Lineo, botánico sueco le confirió el nombre de Linum usitatissimun, es decir usadísimo y ahora ni se cultiva.
El uso del algodón por el hombre se remonta a tiempos inmemoriales que se pierden en el pasado. Los hallazgos arqueológicos más antiguos se han encontrado en Asia y América hace más de 3000 años antes de Cristo, siendo el descubrimiento más reciente la civilización Caral en el Perú, la más antigua del mundo en usar el algodón como fibra.
Botánicamente el algodón pertenece al género Gossypium de la familia Malvaceae y son 4 las especies que producen fibra textil, dos del antiguo mundo G. herbaceum y G. arboreum y dos de América G. hirsutum y G. barbadense, de estas últimas, la primera es de centro y norte América y la otra de Sudamérica, cuyo origen está en la costa norte del Perú, por eso se le llama algodón del país o algodón nativo.
El uso del algodón en forma masiva es reciente, se inicia a fines del siglo XIX, en el Perú comienza a sembrarse comercialmente a partir del año 1890 con variedades mejoradas, muy sensibles a las plagas, atribuyéndole al algodón nativo como el hospedero de las mismas, por lo que los algodoneros industriales, solicitaron su erradicación y así comienza a eliminarse poblaciones enteras de plantas, que en esos tiempos existían en gran cantidad en los cercos, bordes de caminos y huertos, con cuya fibra se confeccionaba toda la ropa ropa y otras prendas en forma artesanal que usaba la población rural, a pesar de esta persecución, se resistió hasta el año 1970, a partir de esa fecha comienza a sustituirse las prendas artesanales por prendas de algodón industrial, debido a que era más fácil de adquirir, a tal punto que ahora casi ha desaparecido ese uso del algodón nativo, sin embargo en Mórrope se ha mantenido la tradición de la confección de prendas de vestir en base  a la poca cantidad de algodón de colores que los artesanos han conservado, hasta que en el año 2006, el gobierno regional de Lambayeque emite una ordenanza que considera al algodón nativo como producto natural de Lambayeque, luego en el año 2008 el parlamento aprueba una ley que declara al algodón de color como patrimonio étnico, genético y cultura de la nación.
Los colores del algodón nativo que existen son, el blanco, el crema o uyco, el pardo, el fifo o lila y el marrón, a estos colores se ha sumado una variedad de fibra de color verde que ha sido introducida de Norteamérica y pertenece a la especie G. hirsutum; se dice que han existido otros colores como el algodón, negro, el azul y el amarillo, de acuerdo a una prospección reciente no existen.
Fig. 1. Gossypium hirsutum, variedad de fibra verde: A. Flor, fruto y semilla. B. Flor. 
Fotos por Leopoldo Vásquez.

Fig. 2. Variedades de color del algodón nativo: A. Blanco. B y C. Crema o uyco. D. Pardo. E. Marrón oscuro. F. Marrón rojizo. G. Lila o fifo. H. Productor de algodón nativo de colores.
Fotos por Leopoldo Vásquez.

Ante el inminente peligro que amenazaba con la conservación del algodón de colores, por la existencia de poquísima población, se ha iniciado un proceso de conservación, considerando que es un recurso genético propio de nuestro país y es más el centro de origen de los algodones de color es Lambayeque, por lo que a partir del año 1980 comienza a promocionarse la comercialización de prendas hechas con fibra de algodón de colores, considerándolo como un producto ecológico, libre de agroquímicos y de tintes que son dañinos para la salud, pero para mejorar su cultivo se ha hecho muy poco todavía, esto motivó para que la Asociación Distrital de Productores de Maíz Amarillo Duro y otros Cultivos de Mórrope (ASPROMAD) elaboró un proyecto con el objeto de rescatar, conservar y promover el cultivo de los algodones nativos de color, el que se presentó al FINCyT, con el objeto de obtener su financiamiento, el que fue aprobado y luego ejecutado por un equipo técnico de profesionales dirigidos por el autor de esta nota.
Se inició el trabajo en el año 2010, con la obtención de información de los lugares donde existían plantas de algodón con fibra de color, siendo Mórrope el único lugar donde se ubicó algunos ejemplares existentes en forma natural en bordes de chacras y caminos, también cultivadas en huertos y jardines, cerca de viviendas; no se encontraron plantas vivas de fibra crema o uyco y de lila o fifo, pero si se pudo obtener semilla guardada que conservaban algunas artesanas.
Una vez obtenida la semilla de todos los colores se sembró una parcela de una hectárea para asegurar su supervivencia y para semillero, el que se mantiene hasta ahora, de aquí se ha sacado semilla para sembrar pequeñas parcelas en la propiedad de 100 artesanas, las que ahora disponen de materia prima para sus tejidos.
Se ha hecho un estudio comparativo de los algodones de color y se ha determinado que todas las plantas son morfológicamente similares en lo que se refiere a sus tallos, hojas, flores, frutos y semillas, solo difieren en el color de la fibra, todos son arbustos perennes que duran decenas de años y su primer ciclo de producción es al cabo de 7a 9 meses. La calidad de la fibra de los algodones es baja, debido a que son cortas, miden no más de 2 mm, son gruesas y poco resistentes en comparación con las fibras de algodón comercial que tiene fibra larga y extralarga de 3 a 5 mm, fina y resistente, del que se obtiene hilos muy finos. Al algodón nativo también se le llama algodón áspero, por las características de su fibra, el hilo que se obtiene es grueso, pero la ventaja que tiene este algodón es que ecológicamente es orgánico y su color es natural. Se ha iniciado estudios para mejorar la calidad de la fibra de los algodones de color con buenos resultados, existe la necesidad de seguir estos trabajos conforme se ha hecho para obtener los mejores algodones más finos del mundo el pima y el tangüis, ambos obtenidos a partir del algodón blanco nativo de fibra áspera.
En la selva peruana existe un algodón blanco de fibra áspera que se le conoce con el nombre de algodón arriñonado, debido a que sus semillas se sueldan en una sola masa y semejan un riñón, inicialmente fue  descrito como una especie diferente G. brasiliense, pero por sus características de ADN, ha pasado a constituir una variedad del G. barbadense, esto no convence porque hay razones para creer que es otra especie, su hábitat es la selva tropical húmeda y sus características morfológicas son diferentes, por lo que estamos haciendo los estudios comparativos correspondientes para definir su identificación.

Fig. 3.: A. Rama con flor, fruto inmaduro y semilla de algodón arriñonado. B y C. Comparación entre las semillas soldadas del algodón arriñonado con las semillas libres del algodón nativo.
Fotos por Leopoldo Vásquez. 

En el Perú además del algodón nativo existe una especie silvestre, endémica del norte, que no produce fibra y está identificado como Gosssypium raimondii, se le llama algodoncillo, se encuentra en los valles de los ríos Chicama y Jequetepeque, recientemente hemos descubierto una población en la cuenca de río Chancay en la quebrada Juana Ríos, cerca de Chongoyape, su importancia está en que es progenitor indiscutible de los 2 algodones más importantes del mundo G. hirsutum y G. barbadense.
Fig. 4 Gossypium raimondii. A. Hoja, flor, fruto y semilla. B. Flor abierta. C. Rama con flor.
Fotos por Leopoldo Vásquez.
Hay algo más que comentar sobre la importancia que tiene nuestro algodón nativo no solo por la diversidad de sus colores, sino por su uso en la etnomedicina, para curar tradicionalmente la lamedura de araña, que se cura con la ceniza de algodón de color quemado y para cerrar la mollera de los niños, además la infusión de la raíz o corteza es un excelente lactógeno.


Fig. 5 Manifestaciones de artesanía del algodón nativo en Mórrope.
Fotos por Leopoldo Vásquez.

Fig. 6 Manifestaciones de artesanía del algodón nativo en Mórrope.
Fotos por Leopoldo Vásquez.




jueves, 3 de marzo de 2016

LOS ALGARROBOS DEL PERÚ

Recurso forestal más importante del bosque seco peruano
Por: Dr. Leopoldo Vásquez Núñez

El algarrobo es el recurso forestal más importante de la zona ecológica, llamada Bosque seco tropical, único en el mundo existente en la costa norte de nuestro país y en los valles interandinos, en la costa se extiende desde el valle del río Chicama en La Libertad hasta Tumbes en una longitud aproximada de 1000 kilómetros y un ancho que varia entre 100 y 150 kilómetros y va desde la orilla del mar hasta 1000 a 1500 sobre el mismo, su extensión total incluido los de los valles interandinos, suma más de 3’600,000 hectáreas que representa el 2.4% del territorio nacional, este bosque seco sirve a más de 500 mil habitantes.
El nombre nativo del algarrobo antes de la llegada de los españoles fue ong, en la lengua mochica, en la costa central y sur fue guarango, el que todavía se mantiene en Ica, en Chile, Argentina y Bolivia se le conoce como tacuo también de origen quechua, ahora se le llama algarrobo, nombre dado por los conquistadores españoles, debido a que sus caballos consumían las vainas de esta planta en forma similar al algarrobo europeo que es otra especie, llamada Ceratonia silecua, en cambio nuestros algarrobos pertenecen al género Prosopis.
En el mundo existen 44 especies, 40 dispersas en nuestro continente y sólo 4 escapadas a otros continentes 3 al Asia y 1 al África, la mayor concentración de especies, está en Argentina con 28 especies, en nuestro país hasta la fecha no se conocía el número de especies existentes.
Con el objeto de esclarecer este tema, se realizó un trabajo en la Universidad Pedro Ruiz Gallo, mediante el proyecto llamado “Identificación y conservación de germoplasma de las especies del género Prosopis spp. del Perú” entre los años 2007 y 2010, financiado por INCAGRO y ejecutado por el autor de esta nota y otros profesionales.
Para cumplir con el trabajo se realizaron viajes a lo largo de toda la costa y a los diferentes valles interandinos donde existe poblaciones de algarrobos, donde se hizo las colecciones botánicas correspondientes para estudiarlas resultando 10 especies de algarrobos pertenecientes al género Prosopis, de las cuales 5 son nuevas para la ciencia, las que se han descrito y consignado su nombre científico, siguiendo las reglas del código internacional de nomenclatura botánica, contribuyendo de esta manera al conocimiento de nuestra flora nacional que todavía falta mucho por descubrir pata tener un inventario completo, que por ahora se conoce 20,000 especies, pero falta otro tanto por descubrir.
A continuación damos a conocer las características más importantes de las 10 especies de algarrobos estudiados.

Prosopis alba Grisebach
Es un árbol frondoso de 6 a 2 metros de alto, el tronco es grueso, con la corteza agrietada de color marrón rojizo sus ramas tienen espinas relativamente pequeñas de 2 cm. de largo, sus vainas son las más grandes de todos los demás algarrobos, miden de 20 a 40 cm de largo, por 1.2 a 2 cm de ancho, son de color amarillo y algunas de color morado, la pulpa es dulce sin amargo y se usa como forraje, está presente en el valle del río Apurímac, en los distritos de Sapichaca y Aguayro pertenecientes a la provincia de Andahuaylas, también en el distrito de Curahuasi de la provincia de Abancay y en el valle del río Urubamba en la provincia de Quillabamba en el Cusco, las poblaciones existentes son escasas por la deforestación que sufren, su origen de esta especie es Argentina, y en donde existe amplias poblaciones naturales y también áreas reforestadas, al Perú es probable que haya llegado trasnportado por pobladores ancestrales hace miles de años, que utilizaban sus vainas como alimento en tiempos ancestrales. En Curahuasi se encuentra un árbol a orillas del río Apurímac que puede ser el algarrobo más grande que existe en el Perú, no está erguido, sino echado y mide aproximadamente 40 metros de largo y su trono tiene 2.5 metros de diámetro.

P. alba: 1: Vainas. 2: Inflorescencias. 3. Hojas. 4. Ejemplar caído. 5. Árbol joven.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

Prosopis chilensis Stuartz
Son árboles de 2 a 10 metros de alto, el tronco puede alcanzar un metro de diámetro, su corteza es de color marrón rojizo, en los arenales, el tronco está enterrado y solo salen las ramas de 1 a 2 metros de largo, las espinas son geminadas, cónicas, muy gruesas y potentes, miden de 4 a 6 cm de largo; las vainas mayormente curvas, de unos 20 cm de largo y 2 cm de ancho, más anchas que en todas las demás especies, su color es marrón-rojizo y tienen pulpa muy dulce, sin amargo.
Esta especie se encuentra a lo largo del valle del río Majes en las provincias de Castilla y Camaná, quedan pocos ejemplares, antes ha existido bosques amplios que han sido talados para ampliar el área agrícola, es probable que en poco tiempo su existencia en el Perú desparezca, pero en Chile que es su lugar de origen, todavía se mantiene una población significativa.

P. chilensis: 1: Árbol erguido. 2: Árbol postrado. 3. Hojas. 4. Inflorescencia. 5. Espinas. 6. Vainas.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

Prosopis limensis Bentham
Árbol de 4 a 10 metros de alto, tiene el tronco retorcido e 0.3 a 2 metros de diámetro, con la corteza de color marrón negruzco, el cilindro central es de color rojo vinoso rodeado de un delgado círculo de tejido blanco amarillento por donde circula la sabia, las ramas en los árboles adultos son péndulas, con grupos de hojas enrolladas en los nudos, por lo que se le llama algarrobo zambito, también está provisto de espinas, de 1 a 3 cm,; las vainas son rectas o curvas de 10 a 30 cm de largo y de 1 cm de ancho, son de color amarillo, tienen la pulpa dulce ligeramente amarga, esta planta es la que se encuentra en la mayor parte de la costa es endémica de nuestro país, Burkard botánico argentino lo sinonimizó con P. pallida que es otra especie diferente pero que es el nombre con el que se reconoce hasta ahora lo que estamos haciendo el esclarecimiento respectivo.  
Esta especie es uno de los algarrobos más importantes del Perú, porque ha servido de sustento a la población desde los primeros asentamientos humanos en la costa hasta nuestros días, sirviendo de madera para construcción de viviendas y como leña y carbón de tal manera que han desaparecido bosques enteros existentes en los valles de todos los ríos de la costa, quedando solo relictos en Ica, San Pedro de Lloc y Lambayeque, aquí existe la mayor población porque se regenera cada vez que se presenta el fenómeno del Niño, siendo el  bosque más representativo es el de Pómac, que es un Santuario Histórico aquí está el algarrobo milenario nombre dado por el culto periodista Pepe Maeda Asencio, en realidad no se ha calculado científicamente su edad, pero por estudios hechos con carbono 14 en otros algarrobos antiguos existentes, en Ica, cuya edad se ha calculado entre 1000 y 1100 años que de ser en realidad esta planta tenga la misma edad, es una que su se ha caído, está muerto en su base de aproximadamente 2 metros de diámetro, completamente retorcido, pero sigue vivo por su extremo a 30 metros de distancia en donde nacen brotes que crecen erguidos enraizando en el suelo, originando una planta de aproximadamente de 10 metros de alto.
P. limensis es la que proporciona la mejor leña y carbón por su alto poder calorífico, por lo que es cotizado en todo el Perú para los hornos  de las pollerías en las principales ciudades, la mejor madera para construir viviendas rurales es tan duradera que cuando se cae una casa, las vigas sirven para construir nuevas viviendas y así pasan de generación en generación sin malograrse por cientos de años, las vigas que existen en las primeras iglesias construidas en la época del coloniaje se mantienen intactas hasta ahora, las vainas sirven para obtener un jarabe que se llama algarrobina utilizado como edulcorante y medicinal, también es una planta melífera apícola de gran calidad, las vainas constituyen un excelente forraje para todo tipo de ganado.
Existen ídolos y vasijas ceremoniales hechas de algarrobo que se conservan intactas desde hace unos 1500 años. En la actualidad se usa como planta ornamental en parques y avenidas, en las viviendas rurales sirve como árbol de sombra para el ganado.

P. limensis: 1. Algarrobo milenario. 2. Ica, Laguna Huacachina. 3. Vainas. 4. Hojas. 5 .Inflorescencias. 
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

Prosopis mantaroensis L. Vásquez
Árbol de 10 a 12 metros de alto, tronco retorcido, de hasta 2 metros de diámetro, corteza color marrón, ramas verde-purpúreas con espinas pequeñas de 1 a 2 cm. de largo, vainas mayormente rectas de 10 a 25 cm de largo de color amarillo, esa especie es endémica del valle del río Mantaro, con su población más abundante a los alrededores de Huanta, su utilidad es como leña y carbón, sus vainas con la pulpa muy dulce y sin amargo es un excelente forraje.
El tronco de este algarrobo esta planta se regenera no muere al talarse sino que rebrota, por varias generaciones sucesivas; lo hemos descrito y nominado como una especie nueva para la ciencia, el epíteto específico se refiere al río Mantaro, porque es endémica de este valle.

P. mantaroensis: 1. Vainas. 2. Árbol. 3. Inflorescencia. 4. Tronco. 5 .Hojas.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

Prosopis pallida (Humb. & Bompal. Ex Willd.) Kunth.
Árbol de 5 a 12 metros de alto, con el tronco de 0.50 a 1 metro de diámetro, la corteza de color negro, el cilindro centra de color marrón rojizo, con un anillo periférico delgado de color blanco, sus ramas tienen espinas largas y delgadas como agujas, miden hasta 10 cm más largas que en todos los demás algarrobos, sus vainas son largas y delgadas, de color amarillo, mayormente rectas, miden de 10 a 30 cm y menos de 1 cm de ancho, la pulpa es dulce pero muy amarga, por lo que no es consumido como forraje, su madera, se utiliza mayormente como leña.
Esa especie es endémica de la cuenca del Marañón, componente del bosque seco tropical interandino más amplio que existe en el Perú, ubicado en Jaén y Bagua, entre los 500 y 1000 m.s.n.m., el epíteto específico de pallida se refiere a que su follaje tienen color verde amarillento, lo que permite que las plantas se puedan distinguir a distancia.

P. pallida: 1. Hojas. 2. Inflorescencias. 3. Vainas. 4. Árbol. 5 .Espinas.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

Prosopis peruviana L. Vásquez
Árbol frondoso con el tronco grueso y retorcido de más de 1 metro de diámetro, la corteza de color marrón rojizo, las ramas péndulas tienen hojas pequeñas y espinas también pequeñas de 1 cm de largo, la estructura del cilindro central con su duramen y albura similar a los otros algarrobos.
Las vainas son cortas y gruesas, miden de 5 a 20 cm, son de color amarillo con la epidermis recorrida de una densa venación marrón, su tronco sirve para leña y sus vainas como forraje. Esta especie es endémica del distrito de Sapichaca, forma parte del bosque seco interandino a orillas del río Pampas cerca de su desembocadura en el Apurímac perteneciente a la provincia de Andahuaylas, se tiene conocimiento que ha existido una amplia área poblada de esta especie pero la deforestación casi lo ha desaparecido y solo quedan pocas plantas en eminente peligro de extinción.
Este algarrobo lo hemos descrito y nominado con el epíteto de peruviana por encontrarse en el centro del Perú y por lo tanto es una especie nueva para la ciencia.

P. peruviana: 1. Árbol. 2. Tronco. 3. Vainas. 4. Hojas. 5. Inflorescencias.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

Prosopis piurensis L. Vásquez
Este algarrobo es el que mayor altura alcanza, pasando los 20 metros, con un tronco robusto, de 1 a 2 metros de diámetro, la corteza es de color negro, las ramas largas forman una copa frondosa y cuando se cargan de vainas o se humedecen con las lluvias se desgajan por sí solas, debido a que su leño es frágil, con su fibra recta y retorcida como en las otras especies, sus espinas son pequeñas de no más de 2 cm y a veces hay plantas inermes, por lo que se le llama algarrobo hembra, el cilindro es de color rojo vinoso, con un anillo periférico amplio que es por donde circula la savia, por lo que su madera es más suave que P. limensis y se le llama por eso algarrobo blanco, sus hojas son grandes y extendidas por lo que también se le llama algarrobo cholo, sus vainas son largas, rectas o curvas de 10 a 30 cm de largo.
Esta especie está distribuida en la costa norte peruana y sur del Ecuador desde Chulucanas en Piura, Tumbes y Machala en el Ecuador, es el algarrobo que mayor población tiene en todo el Perú y en la actualidad es la fuente del mayor volumen de leña y carbón a nivel nacional, sus vainas además de ser el sustento de todo tipo de grado, principalmente caprino, sirve para obtener casi toda la algarrobina que se produce en el Perú, también es el sustento de la industria apícola con la mayor producción de miel en la costa.

P. peruviana: 1. Árbol. 2. Tronco. 3. Hojas. 4. Vainas.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

Prosopis purpurea L. Vásquez
Es un árbol de hasta 10 metros de alto, tiene el cilindro central retorcido y duro de color marrón rojizo, la corteza es de color negruzco, ramas con espinas geminadas notorias de 3 a 4 cm, las vainas son mayormente rectas de 20 a 30 cm de largo, su epidermis es de color morado, por lo que se le conoce algarrobo morado y también como algarrobo pava, la pulpa de las vainas contienen el más alto porcentaje de proteínas que los demás algarrobos, además son dulces, sin amargo, por lo que es perseguido por el ganado caprino.
Esta especie se encuentra distribuida escasamente en toda la costa norte, desde Lambayeque hasta Tumbes, aunque en mucho lugares se ha perdido es más abundante en Tumbes. Esta especie estaba identificada hasta ahora como Prosopis affinis, similar a la existente en Argentina, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil, pero es diferente a nuestro algarrobo.
La utilidad de este algarrobo es similar a los otros algarrobos, como madera de construcción, leña, carbón y las vainas como forraje.
Por sus particulares características lo hemos descrito y nominado como una nueva especie para la ciencia, dedicándole el epíteto específico de purpurea por el color de sus vainas.

P. purpurea: 1.Vainas tiernas. 2. Inflorescencia. 3. Árbol. 4. Vainas maduras.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez


Prosopis reptans Bentham.
Es la única especie peruana del género Prosopis que es un arbusto pequeño de 0.5 a 1 metro de alto, con tallos delgados de 1 a 2 cm de diámetro, sus hojas y espinas son pequeñas, además tiene una característica particular de sus raíces son reptantes y geminíferas, es decir que caminan produciendo nuevas plantas de trecho en trecho, sus semillas mayormente son estériles, con un bajo porcentaje de germinación 1 al 2%. Las vainas son pequeñas, espiraladas, en forma de un tirabuzón de color amarillo.
Esta especie se encuentra en un solo lugar que es el distrito de Mayocc a orillas del río Mantaro, perteneciente a la provincia de Huancavelica, el lugar es una zona ecológica tipo bosque seco tropical y está a 2500 m.s.n.m.
A esta planta se llama Quiwincha y a sus vainas se le dice sorte margarita, muy utilizada como adorno en brazaletes y collares que hacen de amuletos, para curar el mal de ojo y el susto de los niños y para atraer la buena suerte.

P. reptans: 1. Matorral. 2. Inflorescencia. 3. Vainas jóvenes. 4. Vainas maduras.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

Prosopis tupayachensis L. Vásquez.
Los ejemplares existentes son pequeños árboles de 3 a 4 metros de alto con el tronco de 20 a 30 cm de diámetro, pero muchos son rebrotes de plantas que sus troncos han sido cortados varias veces en forma sucesiva, observándose un tronco basal muy antiguo de gran tamaño, más de 2 metros de diámetro, cuya edad se ha calculado con carbono 14 en más de 900 años.
Los árbles existentes tienen su tronco de color marrón claro, sus ramas finales son de color verde purpúreo, con los entrenudos articulados en zigzag y con espinas largas de 6 cmm de largo. Las vainas son curvas, de color amarillo, con manchas purpúreas, miden de 10 a 20 cm de largo, se encuentra en campos abiertos cercanos a la ciudad del Cuzco en Huacarpay donde hay ruinas arqueológicas, a una altura de 3120 m.s.n.m. por lo que es único algarrobo que crece en la puna con un clima templado frío.
Su tronco sirve como leña y sus frutos constituyen un buen forraje, la mayor parte de población que ha existido ha sido talada y solo queda poquísimos ejemplares.
Hasta ahora estaba identificado como Prosopis laevigata que es un algarrobo que propio de México, con características diferentes por lo que hemos considerado como una nueva especie para la ciencia y el epíteto especifico de tupayachensis está dedicado al botánico cuzqueño Alfredo Tupayachi quien ha colaborado con las colecciones para el trabajo que hemos concluido.

P. tupayachensis: 1. Árbol erguido. 2. Vainas. 3. Hojas. 4. Inflorescencia. 5. Tronco 900 años.
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

lunes, 29 de febrero de 2016

EL LOCHE PRODUCTO EMBLEMÁTICO DE LAMBAYEQUE

Por: Dr. Leopoldo Vásquez Núñez

En el año 2010 el Instituto de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI), declaró al loche como producto emblemático de Lambayeque, dándole la denominación de origen como uno de los ocho productos que tiene dicha denominación en el Perú, conjuntamente con el pisco de Ica, maíz blanco gigante del Cuzco. La cerámica de Chulucanas, la maca de Junín, el café de Machu Picchu-Huadquina,  el café de Villa Rica y el pallar de Ica; considerándose al loche como un producto endémico, propio de la costa lambayecana, pero sobre sus características, origen e historia hay mucho que esclarecer a pesar que se ha escrito bastante sobre ello.

En primer lugar, mediante el proyecto de investigación titulado “Obtención de plantines sanos de loche, genética y molecularmente caracterizados, mediante propagación in vitro en la región Lambayeque”  financiado por el Programa Nacional de Innovación para la Competitividad y Productividad (Innóvate Perú), presentado y ejecutado por la Asociación Distrital de Productores de Maíz Amarillo Duro y otros Cultivos de Mórrope (ASPROMAD), en alianza con la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, se ha determinado que el loche es una variedad de Cucurbita moschata Duch.  seleccionada y mantenida por los agricultores de la etnia Mochica, desde tiempos ancestrales hasta nuestros días, las características del fruto de este pequeño zapallito, son tan particulares, que parece que se tratara de una especie diferente de todos los demás zapallos, pero al comparar la estructura de sus órganos, en realidad se trata de una variedad altamente diferenciada de la especie antes citada, llamada comúnmente zapallo criollo o zapallo loche, esto se comprueba por tener una característica predominante similar en ambos, es decir tanto e zapallo criollo como el loche, que es el pedúnculo (guato), que tiene 5 lados y su inserción con el fruto es ensanchado, en forma de una estrella de 5 puntas, que lo diferencia de las otras dos especies que se consumen en Lambayeque, que son el zapallo macre o fuque (C. máxima L.), cuyo pedúnculo es cilíndrico y en el zapallito italiano o zuchini (C. pepo L.), cuyo pedúnculo tiene 10 lados.

Pedúnculos: 1. Zapallo macre. 2. Zapallo criollo. 3. Loche. 4. Zuchini
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez
El zapallo criollo llamado también zapallo loche, existe en toda la costa norte del Perú, desde Piura hasta Trujillo y en los valles calurosos interandinos. Crece en forma subespontánea o semicultivada, cerca de las viviendas, bordes de caminos y chacras, presentándose también en forma totalmente silvestre cuando hay fuertes lluvias dentro de los pastizales que se forman con las lluvias cuando se presenta el fenómeno del Niño.
Para tener una idea más precisa, se ha hecho un estudio de esta planta, concluyendo que se reproduce solo por semilla botánica, y no por semilla vegetativa o esquejes como se reproduce el loche y que las variedades existentes son numerosas, especialmente por la forma de sus frutos, que pueden ser esféricos, cilíndricos, con cuelo largo o corto, recto o curvo, su cáscara o corteza siempre es gruesa, lisa o rugosa, de color uniforme o variado, pudiendo ser verde, amarillo, o con muchas irregularidades, en algunos casos su corteza o epicarpio es tan duro que sirve para confeccionar recipientes o potos, inclusive más duros que el mismo mate (Lagenaria siceraria), como sucede con la variedad existente en los valles interandinos calurosos, denominado chuyán, conforme se presenta en las siguientes fotografías.

Poto de zapallo chuyán
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Fruto seco y partido de zapallo chuyán
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez


En cuanto a su tamaño pueden ser pequeños desde 1 kilo hasta 15 o más, todos tienen una gran cavidad seminal que contiene numerosas semillas, entre 500 a 700, casi todas fértiles, su pulpa es amarilla-anaranjada, sin olor; el loche en cambio es una planta que conserva sus características invariables por su reproducción vegetativa mediante trozos de talos o esquejes.

Semillas en germinación de zapallo criollo
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Plántulas de zapallo criollo
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Flor masculina de zapallo criollo
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Flor femenina de zapallo criollo
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Frutos naturales de zapallo criollo
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Zapallo criollo en borde de camino
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Fruto colgante de zapallo criollo
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Fruto de zapallo criollo en el mercado Moshoqueque
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Fruto de zapallo criollo en el mercado Moshoqueque
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Formas de zapallo criollo
Fotos: Leopoldo Vásquez Núñez

 En contraste con las diversas características señaladas para el zapallo criollo, el loche es un fruto relativamente pequeño, cuyo peso promedio está entre 1 y 2 kilos, pero pueden pesar menos o a veces más, hasta 6 kilos, su forma es cilíndrica, rara vez esférica, típicamente son rectos, con un cuello poco pronunciado, su color es uniformemente verde seríceo y su cáscara (corteza) es muy fina, está regularmente cubierta por rugosidades, ordenadas en líneas paralelas, y su pulpa amarillo anaranjada, tiene un aroma y sabor característico, además la cavidad seminal es pequeña con pocas semillas, entre 100 y 200, casi todas ellas estériles, hay frutos que no tienen cavidad seminal y son totalmente compactos, la característica más saltante del loche es su aroma, que se debe a los fenoles derivados de flavonoides que van unidos a azúcares, que solo se forman por las particulares condiciones climáticas, ambientales, edafológicas y ubicación geográfica que se presenta la costa lambayecana y que al salir de esta zona, dicho aroma se pierde. Cuando se reproduce al loche por semilla, los frutos resultantes van variando y en sucesivas generaciones se transforman en formas de zapallo criollo, con formas diferentes al loche original, sin aroma, ni el sabor que tiene el auténtico loche que se reproduce por semilla vegetativa o esquejes.

Semillas de loche
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Planta sembrada por esqueje
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Planta floreando
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Flor femenina
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Flor masculina
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Forma típica del fruto de loche
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Frutos maduros en campo
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Frutos de loche en cosecha
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

Frutos partidos de loche con semillas
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez
Frutos partidos de loche sin semillas
Foto: Leopoldo Vásquez Núñez

 De acuerdo a las referencias arqueológicas, se dice que el loche se ha cultivado desde hace 2000 años a.C., por los huacos y semillas que se han encontrado en las excavaciones de la cultura Cupisnique, Mochica y Chimú, pero al examinar los denominados huacos, existentes en los museos Larco de Lima, Brunning de Lambayeque y de la Universidad Nacional de Trujillo, ninguno es igual al loche como se le conoce ahora y más bien representan diversas formas de zapallo criollo que existen hasta la actualidad, como se puede apreciar en el siguiente cuadro comparativo de fotografías.

Similitud de huaco precolombino con forma de zapallo criollo existente en la actualidad
Foto derecha: Leopoldo Vásquez Núñez

Similitud de huaco precolombino con forma de zapallo criollo existente en la actualidad
Foto derecha: Leopoldo Vásquez Núñez

Similitud de huaco precolombino con forma de zapallo criollo existente en la actualidad
Foto derecha: Leopoldo Vásquez Núñez

Similitud de huaco precolombino con forma de zapallo criollo existente en la actualidad
Foto derecha: Leopoldo Vásquez Núñez

Similitud de huaco precolombino con forma de zapallo criollo existente en la actualidad
Foto derecha: Leopoldo Vásquez Núñez

Similitud de huaco precolombino con forma de zapallo criollo existente en la actualidad
Foto derecha: Leopoldo Vásquez Núñez

Similitud de huaco precolombino con forma de zapallo criollo existente en la actualidad
Foto derecha: Leopoldo Vásquez Núñez

Similitud de huaco precolombino con forma de zapallo criollo existente en la actualidad
Foto derecha: Leopoldo Vásquez Núñez

No existe referencias históricas del loche durante el coloniaje, los cronistas no lo mencionan, el primero que escribe sobre el loche es Juan de Aroma que usa el seudónimo de Pedro Paz Soldan y Unamuno, quien escribió un diccionario de Peruanismos, publicado en la época republicana, en el año 1883 y se refiere a un zapallito muy fino y estimado conocido con el nombre de “Avinca”, procedente de Eten; en realidad “avinca” es el nombre quechua del zapallo criollo cultivado en los valles interandinos porque su nombre mochica es “rafan” que ha dejado de utilizarse pero existe un lugar con ese nombre en Ferreñafe, luego Enrique J. Bruning, en su diccionario Muchik, publicado en el año 1917, no menciona al loche y usa el término “lots” para el zapallito también cultivado en Eten, como se ve, en ambos casos no dan el nombre de loche, recién en el año 1926, Rafael Larco Hoyle, muestra por primera vez un huaco que le llama zapallito loche y en el año 1940, Paco Camino, en su novela “El Daño”, menciona un manjar llamado “bien me sabe” que se preparaba en Chiclayo en base a loche, huevos, leche y azúcar, finalmente en el año 1969 irrumpe el loche como un ingrediente de la cocina moderna, a partir de un documental donde se presenta a la cocinara chiclayana Panchita Robalcaba, con sus potajes exclusivos, como el seco de cabrito, arroz con pato, espesado, que ahora son famosos en todo el Perú, en conclusión el término loche que en lengua mochica significa lágrimas de la luna, haya sido utilizado por la población mochica en su última etapa de existencia en el tiempo de coloniaje que puede ser cuando se obtiene esta variedad cultivándolo por esqueje.
El cultivo del loche probablemente se ha iniciado en Eten y Monsefú, no se sabe cuando, en donde se mantiene hasta ahora en forma de pequeñas parcelas de pocas plantas, para consumo exclusivamente familiar, porque allí las plantas duran varios años debido a que las altas temperaturas de verano no lo afectan, por ser amortiguadas por la brisa marina, en cambio más al interior de la cosa o más al norte, las plantas no soportan el calor y mueren de a raíz, por eso más allá de Eten y Monsefú, en todas los pueblos de Lambayeque, se cultiva desde hace mucho tiempo, pero como cultivo anual y el semillero permanente son dichos pueblos, allí se han desarrollado 2 variedades, uno con plantas pequeñas, con tallos de 1 a 2 metros y frutos también pequeños de menos de 1 kg, pero su pulpa es compacta, sin semillas y de mejor calidad en aroma y sabor que la otra variedad que da frutos de mayor tamaño con cavidad seminal, y pesan más de 2 kilos.
La época de siembra tradicional se hace en la estación de verano, cuando las temperaturas son altas, en los meses de febrero y marzo, en la fase de luna madura (luna llena) para que al bajar la temperatura en invierno pueda fructificar mejor; la cosecha se inicia a partir de los 100 días después de la siembra, desde mayo y dura hasta junio, la planta puede seguir produciendo por más tiempo, pero con escasos frutos, por eso es mejor dar por término al cultivo. Hasta el año 2010, se sembraban en Lambayeque aproximadamente 50 hectáreas, ahora que la demanda se ha incrementado, se siembra en cualquier época del año y el hectareaje es mayor, esto es sin considerar lo que se siembra fuera del departamento, como Trujillo, Piura y en los valles interandinos de Bagua, Cutervo (Querocotillo), de donde se comercializa en las ciudades de la costa, pero como ya hemos mencionado su calidad no es igual a loche lambayecano, porque pierde sabor y aroma.
La producción de loche por hectárea en una parcela con manejo técnico adecuado, puede producir arriba de las 8000 unidades con un peso promedio de 11,000 kilos, y un precio de 25,000 soles, que restándole el costo de aproximadamente 10,000 oles, da una ganancia de 15,000 soles por hectárea. En una parcela experimental que se hizo en la ejecución del proyecto en una parcela cercana a la ciudad de Mórrope, se cosechó 14,000 frutos y se obtuvo una ganancia de 30,000 soles;  cuando hay poca producción, el precio se eleva y se duplica o triplica y la ganancia es mucho mayor.
Es necesario advertir que cuando el loche se escasea, los comerciantes venden trozos de zapallo criollo por loche, porque el color es muy parecido, pero no tienen ni el sabor ni el aroma del auténtico loche.